Manejando un auto en Italia





Creo que hay algunos mitos acerca de lo que significa manejar un auto en Italia, sobre todo en lo referido a lo problemático que puede ser allí el transito. Así que quería comentar mi experiencia, agregar algún relato adicional y de paso desmentir esos mitos desde mi perspectiva de las cosas.

En el año 2011 hicimos con Natalia, mi mujer, nuestro primer viaje grande. El destino fue Europa, pero no fuimos a un solo país si no que recorrimos varios, mayormente en tren.

Uno de los lugares a los que fuimos era el pueblo donde nació mi abuela. Una pequeñísima localidad del sur de Italia, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Agropoli en la provincia de Salerno.

San Mango Cilento (o San Mango a secas), tal el nombre del pueblo, se encuentra alejado de las rutas principales y de estaciones de tren (la más cercana es la de Agropoli) y si bien está comunicado por autobús, las frecuencias del mismo son limitadas a dos veces al día si mal no recuerdo.

Como íbamos a estar casi una semana en el pueblo, la idea de poder movernos por nuestra cuenta sin depender de otros (tengo parientes viviendo ahí) fue casi imperativa. No queríamos quedarnos todo el tiempo en el mismo lugar, si no aprovechar para conocer lugares cercanos como la Costa Amalfitana o las ruinas de Pestum.

Y aprovecho la mención de estos lugares para dejar un par fotos que saqué.

Vista de la Costa Amalfitana poco antes de Amalfi

Manejar en Italia

Una curva pronunciada en el camino de la Costa Amalfitana

Manejar en Italia

Templo de Atenea en el sector arqueológico de Paestum

Manejar en Italia

 

La única opción era alquilar un auto.

Nuestro viaje por Europa nos había llevado al norte de Italia desde encarábamos el tramo final del recorrido llegando a Roma. Ahí es donde nos entregaron el auto.

El alquiler lo habíamos hecho bastante antes de partir desde Buenos Aires. Comparando precios concluímos en que la mejor opción era Hertz. Íbamos a llegar en tren desde Florencia a la estación Termini de Roma y ahí mismo hay un local de Hertz donde nos entregarían el vehículo por 8 días.

Este fue el tren en el que viajamos, el ETR500 Frecciarossa de Trenitalia

Manejar en Italia

 

El primer problema lo tuvimos al llegar al mostrador de Hertz en Roma. Yo me había olvidado de imprimir el voucher de la reserva y a pesar de que, en mi opinión, con mi pasaporte y número de reserva debía ser suficiente, parece que el voucher era imprescindible.

Pero yo no lo tenía impreso, lo tenía en mi mail. Se lo mostré a la persona que nos atendió pero nos dijo que necesitaba la copia impresa. Por suerte, justo frente a la estación Termini había una especie de cybercafe donde pude acceder a mi correo e imprimir el voucher.

Volvimos a Hertz, entregué el voucher y concretamos el alquiler. Pasó el susto de no saber si íbamos a poder irnos de Roma o nos quedábamos ese día imprevístamente.

Aunque el local de Hertz está ubicado dentro de la estación Termini, la entrega del auto no se hace ahí mismo, si no en un garaje ubicado a unos 300 metros.

Reconozco que esto tiene cierta razón de ser. Los alrededores de la estación tienen mucho tránsito y no es posible parar en forma ordenada y cómoda para que te entreguen el auto, se verifique su estado y se firme la conformidad. Es mucho más tranquilo hacer todo este proceso en un lugar cerrado con poco movimiento de gente.

Sin embargo, no me hubiese quejado si este proceso se agilizaba y me traían el auto a la puerta de la estación para cargar el equipaje y no tener que llevarlo hasta donde estaba el vehículo.

En fin, la conclusión es que después de transpirar un poco llegamos al garaje donde Hertz tiene sus autos y nos entregaron el nuestro, un Lancia Ypsilon gris con apenas 1000 km encima y, por ese motivo, en impecable estado.

El Lancia Ypsilon en el garaje cercano a Termini donde Hertz tiene sus autos

Manejar en Italia

Antes de llegar a este punto del viaje habíamos pasado por el norte, en Treviso, donde también tengo primos y primas. Una de ellas, al enterarse que iba a viajar manejando un auto desde Roma hacia el sur de Italia, casi me mata. Intentó un buen rato convencerme de que desistiera de hacer ese viaje y lo haga en tren, a pesar de haber ya pagado el alquiler.

Según su explicación, manejar en el sur era lo peor que podía hacer y me iba a resultar una casi segura mala experiencia por lo caótico del modo de conducir de la gente.

Como dije antes, ya tenía pagado el alquiler del auto y todo el tiempo pensaba “manejo todos los días en Buenos Aires, ¿Qué tanto peor puede ser el tránsito en Italia?”.

Vuelvo al garaje de Hertz. Cargamos las valijas, subimos al auto, arranqué y partimos.

Al llegar a la barrera de salida del estacionamiento, freno para pasar la tarjeta que nos dieron para salir por el lector y de repente se para el motor del auto.

¡UPS! ¿Y ahora que pasó?. Lo primero que se me pasó por la cabeza fue “al menos todavía estoy cerca para devolverlo”. Pero al instante me acorde de otra cosa que era posible.

Los autos son uno de mis intereses y leo bastante acerca de ellos. Así que recordé que existe un sistema llamado “Start & Stop” que apaga el motor del auto cuando este se detiene (con el objetivo de economizar combustible).

Esperando que efectivamente sea eso (en ese momento no sabía si este modelo de Lancia incorporaba ese sistema y no habia visto frente a mi el interruptor para desactivarlo), pisé el embrague y…milagro…el motor arrancó de nuevo. Era el “Start & Stop” afortunadamente.

Salimos del garaje e hicimos algunas cuadras para luego detenernos a la sombra de un árbol a mirar el mapa. Si bien le había dado una leída antes, no es lo mismo leer un mapa en casa que estar en el centro de Roma (o de cualquier ciudad grande donde uno nunca estuvo manejando) y tener que salir de la ciudad para ir a 400 km hacia el sur (340 km para ser más exactos).

Dicen que Roma es caótica para manejar y para ser peatón. La verdad es que no opino lo mismo. Manejando desde el centro de la ciudad, pase por distintos barrios, tuve que retomar la ruta por haberme equivocado, paré a preguntar, subí al GRA (Grande Racordo Anullare), que es la autopista de circunvalación de Roma, y no tuve contratiempos de ningún tipo ni me sentí apabullado por el tránsito.

De hecho no me pareció caótico en absoluto. O mejor dicho, de ninguna forma es más caótico que el que estoy acostumbrado en Buenos Aires. Por el contrario, algunas normas que en Buenos Aires no se respetan demasiado, en Roma si. Por ejemplo, al llegar a una rotonda el que está circulando por ella tiene prioridad para seguir circulando o salir. Los que llegan a la rotonda siempre paran.

Me ha pasado de estar dentro de una rotonda y ver que un auto venia bastante rápido para entrar, pero finalmente se detiene y me permite el paso.

Otro ejemplo, los peatones tienen prioridad de paso. Si una avenida tiene senda peatonal, aun sin semáforo, uno puede cruzar tranquilamente y los autos paran. Bueno, voy a ser sincero, no se si tranquilamente, yo estaría atento a los autos mientras cruzo. Pero probé, a propósito, cruzar en momentos en que pasaba el tráfico y efectivamente los autos paran. Y no solo paran, si no que NO te insultan ni te miran mal.

Vuelvo a la experiencia de manejo. En Hertz me entregaron el auto con un 1/4 de combustible aproximadamente (acá surgió mucho tiempo después el segundo problema con el alquiler, esta vez por culpa de Hertz), así que al salir del bullicio de Roma lo primero que hice fue parar en una estación de servicio a llenar el tanque. El problema fue que era una estación chica y no trabajaban con tarjetas de crédito, tuve que pagar en efectivo. Por suerte me dieron el ticket. Mas adelante tomará sentido ese ticket.

Ese efectivo con el que pague era casi lo último que nos quedaba de euros. Y más adelante, ya en la autopista A3 (Roma-Nápoles) volvimos a transpirar al llegar al peaje. Juntando monedas y billetes no teníamos más que 15 euros. Si el peaje costaba más caro no se cómo lo íbamos a pagar.

Por suerte no llegaba a los 10 euros y pudimos seguir viaje.

Otra consideración acerca del tráfico en Italia. En las principales autopistas (autostrade para los italianos) está instalado un sistema de control de velocidad bastante interesante llamado “Safety Tutor”.

El sistema Safety Tutor de control de velocidad (autor)

Manejar en Italia

Hasta donde sé, en Argentina el control de velocidad se hace mediante cámaras conectadas a un radar de velocidad. Cuando uno pasa a mayor velocidad de la permitida por delante del radar, el sistema saca una foto del auto y se genera la multa. Pero como en general la ubicación está indicada o se puede conocer bajando mapas de radares para GPS, ocurre habitualmente que muchos andan a 200 km/h y bajan la velocidad en la zona de acción de las cámaras.

En las autostrade esto no es posible. El sistema Safety Tutor controla la velocidad por tramos de autopista (que puede ser de hecho, toda la autopista). Para ello se instala un pórtico sobre el asfalto en el que se colocan cámaras y sensores sobre cada carril.

Al pasar un auto por debajo, el sistema registra el tipo de vehículo, su patente (matrícula) y la hora. Al llegar al siguiente pórtico, que puede estar ubicado a unos 10 km por ejemplo, se repite el proceso.

Con los datos de la hora a la que pasó el vehículo por el primer pórtico y la hora a la que pasó por el segundo se calcula cual fue su velocidad media. Si esa velocidad excede la permitida, se genera la multa.

¿Qué significa? Si queremos ir a 200 km/h entre un pórtico y otro podemos hacerlo. Pero antes de cruzar el segundo quizás tengamos que parar al costado de la autopista algunos minutos para que nuestra velocidad promedio se ubique por debajo de los 130 km/h permitidos en las autostrade.

En la práctica, el Safety Tutor posibilita que si vamos a la velocidad permitida, difícilmente alguien se ponga detrás nuestro a hacer luces para que lo dejemos pasar. Y, de igual forma, no veremos (seguramente) vehículos de alta gama pasando a velocidades subsónicas a nuestra izquierda.

Los kilómetros pasaron no muy rápido. Me mantuve por debajo de los 100 km/h, como lo suelo hacer, porque me gusta viajar disfrutando del paisaje y de lo que aparece en la ruta.

¿Que había para mirar? Bueno, al principio quizás nada demasiado sobresaliente. Pero al pasar por Nápoles se puede ver el Vesubio. Y más adelante la ruta se acerca al Mediterráneo al pasar por Salerno. Siempre hay algo para mirar.

Tomamos el auto alrededor de las 3 de la tarde, así que ya había empezado a anochecer cuando salimos de la autopista en la ciudad de Battipaglia para encarar el último tramo por rutas provinciales.

Esta parte se hizo un poco larga porque la ruta cruza por pueblos y ciudades y hay que cuidar la velocidad.

Finalmente, luego de pasar por la ciudad de Agropoli, encaramos el último tramo de caminos secundarios hacia el pueblo. Si bien tenía un vago recuerdo de cómo llegar por haber ido hacía 10 años, en ese momento no manejaba yo, así que solo pude confiar en parte en el recuerdo y tuve que guiarme por los carteles.

En realidad, también me estaba guiando por el GPS. Pero en ese momento aprendí que el GPS no sirve en ciertos pueblos o pequeñas localidades. Al menos en Italia. De hecho, en nuestro último viaje en el 2015, uno de los hoteles al que fuimos recomienda en su web “no utilizar GPS para llegar”.

La razón de todo esto es que el GPS calcula la ruta más corta o más rapida, pero muchas veces esa ruta es un camino de montaña o un camino ni siquiera secundario, apenas un sendero. Y es imposible entrar con el auto.

Algo así nos pasó. En un momento el GPS del teléfono me pide doblar en un desvió y a los pocos metros noto que había una pendiente excesivamente pronunciada y mucha oscuridad por delante (ya era de noche). Mi intuición me dijo que ese no podía ser el camino, así que di marcha atrás y retomé por donde venía antes.

Luego de muchas curvas y algunos kilómetros vi los carteles que me indicaban que iba por buen camino.

A las 9 de la noche, casi 6 horas luego de salir de Roma, llegamos al pequeño pueblo de San Mango Cilento.

El auto quedo estacionado en la misma ruta, la cual cruza el pueblo. Tal como me dijeron mis primos “déjalo ahí, no pasa nada”. Y claro, cómo podría pasar algo en este hermoso lugar de solo 600 habitantes con una gran vista de los montes circundantes y a solo 20 km del Mar Mediterráneo.

La vista desde la ruta que cruza el pueblo de San Mango

Manejar en Italia

¿Cuál fue la conclusión de mi primera experiencia de manejo en Italia? En primer lugar, cabe aclarar la ubicación. Decir que manejé en Italia no representa la verdadera situación. Manejé en el sur de Italia. Lugar donde, según me habían dicho, poco menos que me iban a pasar por encima.

San Mango visto desde el pueblo vecino de Rocca Cilento

Manejar en Italia

Desde mi experiencia, nada más alejado de la realidad. El tránsito, tanto en Roma como en todo el recorrido posterior, me pareció correcto. Incluso con detalles para destacar como el respeto en la prioridad de paso de rotondas, ingreso a autopistas y en sendas peatonales.

Claro, vengo de manejar en Buenos Aires. Eso no es un dato menor. Quizás alguien acostumbrado a manejar en Suiza se sienta en una especie de montaña rusa. Pero desde mi punto de vista el tránsito de Italia es perfectamente llevadero, mas ordenado que el de Buenos Aires y no necesita de más precauciones que las normales.

Así que si te hablaron de “caos”, tómalo con pinzas. Hacé tu propia experiencia y alquilá un auto en Italia que es una gran forma de disfrutar los hermosos lugares que tiene fuera de los circuitos principales. Eso sí, lo que he leído pero no pude confirmar es que lo realmente “caótico” es el tránsito de la ciudad de Nápoles. Pero habría que ver desde el punto de vista de quién. Yo no tendría problemas en “arriesgarme”.

Puede pasar que a veces los carteles son un poco apabullantes

Manejar en Italia

Respecto de si conviene alquiler auto o manejarse con transporte público, creo que el auto es conveniente si uno quiere alejarse de los grandes centros urbanos. Si el viaje consiste en conocer Venecia, Florencia y Roma, no tiene mucho sentido alquilar un auto. Se llega mas rápido y cómodo en tren y de paso se evitan posibles multas por desconocer las areas ZTL (zona de trafico limitado) de las ciudades. Las ZTL son sectores en los que solo pueden ingresar determinados vehículos (transporte publico, vehículos eléctricos u otros no contaminantes).

Si en cambio la idea es recorrer por ejemplo toda la Toscana y sus pequeños pueblos, el auto es ideal y casi imprescindible.

Por último cierro con el tema del ticket de carga de combustible que mencione más arriba. Tal como dije, nos entregaron el auto con un cuarto de tanque de combustible.

Peeeeero… lo que pasó en realidad fue que la firma del contrato del alquiler se hizo en la oficina de Hertz en la estación Termini. En esa oficina, la persona que me atendió me dijo que el auto se entregaba con el tanque lleno y que de esa forma debía devolverlo.

Al llegar al garaje a retirar el auto me encuentro con que el tanque estaba semi vacío. Le muestro a la persona que me atiende el formulario donde dice que el tanque debería estar lleno y la persona me dice “si, pero a veces no llegamos a cargarlo, no hay problema, yo aviso que tu auto se va con tanque vacío”. Bueno, confiemos en su palabra pensé.

Quince días después, ya de vuelta en Buenos Aires, entro al resumen de la tarjeta de crédito y me aparece un cargo de Hertz de 150 euros (el costo total del alquiler había sido de 220 euros). Ese importe era la penalización por entregar el auto sin combustible.

Una más del Ypsilon en el Monte Stella, cerca de San Mango

Manejar en Italia

Considerando que ya estaba a 12000 kilómetros, tuve que aguantar las ganas de ir a romper todo en Hertz. Así que entré a su web e informé la situación.

Me responden diciendo que “en nuestros registros aparece que el vehículo tenía que ser entregado con el tanque de combustible lleno y usted lo entregó vacío”.

Envío nuevo mensaje explicando que quien me recibió en la oficina me dijo que el tanque estaba lleno pero luego me lo dieron con el tanque vacío, etc., etc.

No me responden. Así que mando un mail a Hertz Argentina, donde había alquilado el auto inicialmente. Ahí me informan que van a enviar el pedido a Hertz Internacional.

Al día siguiente me llega un mail de Hertz Internacional diciendo que para demostrar mi reclamo, les envie el ticket de carga de combustible que tuve que hacer si efectivamente el tanque me lo entregaron vacío.

Y ahí fue cuando logré evitar el pago de 150 euros enviando la copia del ticket que aún conservaba. Al otro día me responden el mail diciendo que me cancelaban la penalización y me aclaran “le sugerimos conservar el ticket de combustible en futuros alquileres”.

Aunque no respondí, mi respuesta bien podría haber sido “en futuros alquileres quizás no los haga con Hertz”.

(autor foto de portada)


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David
David
4 años hace

Excelente cronica de viaje. Mi duda es que con el tema PEAJES. Hay paises donde los autos vienen con un dispositivo (tipo TelePASE) que los cobra y despues vienen por tarjeta. Como es el mecanismo en Italia? Se paga siempre en efectivo? SALUDOS!!!

Eva
Eva
6 años hace

muy buen relato… nosotros al momento no nos animamos a alquilar auto.
pero ahora con tu relato nos animaremos seguro en Sicilia…
Saludos y gracias por compartir la experiencia !

Eduardo
Eduardo
6 años hace

Christian, amigo! Disculpá lo de amigo pero me identifiqué muchísimo con tu relato del viaje que hiciste a Italia. Más precisamente a la costa Amalfitana. Mi primera experiencia en manejo en Europa fue saliendo desde Berlin, pasando por Amsterdam y terminando en París. Y me sucedieron cosas muy, pero muy parecidas a las tuyas. Con mi sra., leímos tu relato y nos reímos muchísimo!. Asi que el día que organices otro viaje tomanos en cuenta y los acompañamos…jajaja!!!!! Un abrazo, y muchas gracias por la experiencia!!!