¿Podremos hacer turismo en la Antártida Argentina?
El gobierno argentino tiene en carpeta un proyecto para habilitar vuelos civiles turísticos hacia el continente blanco.
Uno de los motivos de la existencia de este sitio web es mi curiosidad por conocer lugares del mundo poco convencionales para el turismo. Por ser lejanos, por ser inhóspitos, por ser de dificil acceso o por muchos otros motivos que sólo quienes no quieran pasar sus vacaciones sentados tomando sol en la misma playa año tras año pueden entender.
Ahora bien, el gobierno argentino a través del Ministerio de Defensa hizo un anuncio que podría agregarnos un nuevos potencial destino de vacaciones. Nada menos que la Antártida. Actualmente la forma de llegar al sector argentino del continente blanco es mediante aviones militares o por barco en una larga travesia. Los planes de apertura al turismo incluyen la ampliacion del aeródromo de la base Marambio para permitir el arrivo de aviones comerciales procedentes de Ushuaia, Tierra del Fuego. Estos aviones serían vuelos regulares de la aerolínea estatal LADE.
En principio se planea comenzar con los vuelos en el año 2018. Por el momento ya se está trabajando en el proyecto y algunos involucrados, como el secretario de Logística, Cooperación en Emergencias y Gestión Cultural del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, anticipó al diario La Nación que «serán grupos reducidos, que no podrán superar el 10% de la población de la base«. Al mismo tiempo que agregó que «Es una propuesta de turismo ambiental, no de turismo aventura. Los que vayan tendrán que someterse a las condiciones de seguridad y de convivencia de las bases antárticas«.
A partir de aquí se abre un interrogante casi, digamos, ético. ¿Es correcto permitir turismo en la Antártida?. Todos sabemos lo que puede ocasionar el turismo al medio ambiente, contaminación, contaminación y mas contaminación. En uno de los lugares mas vírgenes del mundo no puedo dejar de pensar en las consecuencias negativas que puede traer aparejada esta decisión. Sin embargo, al mismo tiempo, tengo la esperanza que quienes puedan hacer este viaje no sean los clásicos turistas «destrozones», si no mas bien turistas responsables que al volver a sus casas dejen a este fantástico lugar como si nunca hubiesen estado allí.